Libertad.
Nadie
aprecia lo que tiene, hasta que lo pierde; escuché esto muchas veces, ––pensó el
apretujado pez–– justo en el momento en que la red cedía por el peso de él y
sus pares.
––Esto fue
como sumergirse, tocar fondo, y volver al mar de quien eres… libre, otra vez.
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