miércoles, 29 de julio de 2015

Juegos prohibidos.

Juegos prohibidos.

La damita puso cara de intriga picaresca, y lanzó la pregunta que daba inicio al juego:
––¿Verdad, consecuencia u opinión?
––Verdad.
––¿Es verdad que quieres casarte conmigo?
Él caviló las posibles respuestas, e imitando la voz de un robot, se limitó a decir:
––Game over.

Ella jamás volvió a hablarle.

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