miércoles, 29 de julio de 2015

La bella se durmió, y perdió.­­

La bella se durmió, y perdió.­­

El noble caballero escaló la torre y entró por una pequeña ventana, donde yacía dormida la dulce princesa.
Tras él huía montada en su escoba la bruja; —¡Espera! No te vayas— le suplicó él.
Ella se detuvo  —¿qué quieres?

–– Quiero irme contigo, es que siempre me gustaron las aventuras peligrosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario