Te extraño.
Hoy al despuntar el alba,
cuando el sol no se colgaba aun del cielo; pero la luz ya expulsaba todo
vestigio de oscuridad; me desperté, en realidad abrí los ojos, despierto ya
estaba hacía unos segundos, haciendo un esfuerzo para que no se esfumara tu
imagen, algo difusa, después de haber sido tan viva, tan nítida en el sueño,
aclarado entonces, había sido un sueño.
Hoy no quiero hablar de rotas promesas, no voy a enredarme en
laberintos de distancias ni ausencias. Pasé la mano por mi garganta para quitar
el sudor, y al parecer mágicamente apareció la voz, para repetir con más
transparencia lo que antes habían murmurado mis labios… te extraño.
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