miércoles, 2 de septiembre de 2015

Resaca del olvido.



Todo terminó ya... eso creo,
Desde la arena del desierto de mi cama,
Con mis ojos achinados, a nadie veo,
Desnudo estoy, sin ropa ni pijama.

El sonido en mi cabeza casi aturde,
Como el haz de luz brillante que se cuela,
Que vence a la cortina, que la elude,
Y como un sable afilado se revela.

Un flash seca de a poco las lagunas,
Y llega en retazos el recuerdo,
Se perdió la dignidad sin duda alguna,
En esos movimientos más que lerdos.

Se escapó de entre mis dedos la conciencia,
Dentro de un vaso que voló y se hizo astillas,
Se esfumó también la silla con urgencia,
Y el suelo se hizo mar sin una orilla.

Cae la lluvia calmante, desde el sol plateado,
Allá en lo alto del etéreo cielo, blanco y liso,
No me arrepiento de quedar casi ahogado,
Sino de haber pensado en vos y el paraíso.

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