Gitana.
La joven
gitana le tomó una mano y acariciándole la palma, cerró los párpados y susurró,
––Sentirás en tus ojos el placer, ese que ansían los hombres y no pueden
contener, ante la belleza de una mujer, así conocerás el deseo… entonces la
interrumpió un cálido beso en los labios.
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