lunes, 26 de septiembre de 2011

No vale la pena.


No vale la pena.

No vale la pena esconderse… si tarde o temprano te van a encontrar o lo que es peor te encontrarás vos mismo.
No vale la pena querer tener más poder… si ni siquiera puedes gobernarte a ti mismo.
No vale la pena saberlo… si ni siquiera intentas ponerlo en práctica.
No vale la pena buscar una solución… si no buscas primero la raíz del problema.
No vale la pena sufrir… si no aprendiste primero a amar con el corazón.
No vale la pena entregar todo… si lo haces solo por quedar bien, o esperando algo a cambio.
No vale la pena agachar la cabeza y bajar los brazos… si al levantarlas de nuevo no te sientes más fuerte, más integro.
No vale la pena derramar una lágrima… si no sientes que valió la pena derramarla.
No vale la pena cometer errores… si no estás dispuesto a aprender de ellos, para forjar tu espíritu.
No vale la pena mirar… si esa mirada no va a llenar un espacio vacío, si no va decir algo.
No vale la pena dar la mano… si lo vas a hacer por obligación, si no vas a ayudar.
No vale la pena mirar hacia atrás… si no va a ser para mirar la huella que dejaste en tus actos, o en las personas a las que quieres.
No vale la pena esperar que todo cambie… si no vas a hacer nada por cambiarlo.
No vale la pena enojarse… si lastimas a alguien, inclusive a vos mismo, si no vas a pensar en perdonar.
No vale la pena vivir… si vas a estar pensando todo lo que no vale la pena hacer.
Busca a cada instante que valga la pena todo, que todo lo que hagas valga la pena, que valga la pena vivir… vale la pena estar vivo y soñar… si no te dormis.


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