lunes, 26 de septiembre de 2011

ESCONDIDOS.



ESCONDIDOS.

El aliento y el sudor se convierten, en un vaho acalorado,
Que resbala en pequeñas gotas por la ventana fría,
Tu piel en mi piel se excita, y se hace un juego alborotado,
Que cómodos estamos en esta incomodidad, que ironía.

Ojos que ven, corazón que si siente,
Puedo ver tu cuerpo crispado por el frio quizás,
O será el incipiente fuego de mi simiente,
Que te devuelve de ese modo todo lo que le das.

Quédate recostada en mí, que este olor venerable nos tiene extasiados,
Sé que no estás dormida, aun te escucho asesar,
Borraste de mí cualquier sudor antiguo, cualquier aroma pasado,
Y mis manos conocieron infinitos lugares placenteros.

El tiempo se detiene, y se anticipa a lo que vendrá,
Aun no se desempaña el vidrio humedecido,
Otra vez el olor, que rompe las barreras, y el miedo vencerá,
Otra vez se repite el juego, ya siento en mi oído tu ardiente quejido.






No hay comentarios:

Publicar un comentario